LOS APÉNDICES

 

        


Y miré mis uñas y me dije, ¡joder! crecen como garfios. Y es que con los años crecen más que nunca, igual que crecen otras cosas y en zonas inútiles y absurdas. Porque a las tías les sale una especie de barba o unos cuantos pelos negros en su cara y un  bigotillo que se parece al de Aznar en su pubertad. Y a los tíos, las cejas se le espesan y crecen tipo Bresnev o sea en plan oso panda. Además (me refiero a los tíos) nos salen pelos negros y en punta de lanza por los orificios nasales y por el pabellón auditivo. O sea, pelos, uñas y más pelos, pero no pelos de la cabeza, pues ese es otro síntoma de la vejez, la alopecia dicho en plan fino y calvorota dicho en plan más basto.

Entonces si un día decidieras dejar crecer todos los pelos a su libre albedrío, te encontrarías ante un viejo calvorota, con una mata de pelos en punta saliendo por sus orejas y por sus fosas nasales y por supuesto, dotado de unos garfios o garras en sus manos y pies. ¡Joder! como me suena al "Jeti de las nieves", escalando el Everest. No sé porqué, éste asunto nunca fue estudiado y digo científicamente, pues no escuché una explicación lógica sobre esto, ¿sobre el porqué nos crecen los apéndices inútiles? y en cambio no nos crecen otros apéndices que en teoría podrían tener utilidad y que ahora mismo me niego a describir. Aunque a todo esto también se podría añadir el déficit visual y auditivo, que con el paso del tiempo también se va jodiendo.
Como veis nacimos llorando y con piel suave y sonrosada y casi sin  pelo y con la edad, seguimos llorando, pero lo demás todo se acartona, se endurece, se desgasta y se descama y hasta el alma se metaliza y se hace leñosa y dura.

EL SOL DE LA TRANQUILIDAD


Y ya es hora de dejaros (de momento), pues tengo quehaceres pendientes. ¿Quehaceres?, que palabra tan rara, parece producto de juntar que, hacer y queda, resultado final: quehacer. Ya veis lo que son las normas linguistícas, se las saltan cuando les da la gana y si yo digo, por ejemplo, yo me voy a misa y lo hago de corridillo, pues quedará: yomevoyamisa, como un vocablo más de nuestro diccionario. También vale yomevoyacagarentusmuertos o lamadrequeteparió, dos ejemplos más de palabras corridas que se han juntado por la conveniecia de alguno. Hablo de palabras corridas, no de otro tipo de corrimientos.

Y ahora ya son 4 de la tarde y ¿ahoraquéhago?. Pues no voy hacer nada, escribiré como es mi costumbre últimamente. Escucho como telón de fondo un anuncio que odio, ese que dice: "En el laberinto de la vida hay muchos caminos que recorrer y uno de ellos es el sol de la tranquilidad, en el laberinto de la vida, seguros Ocaso es el sol de la tranquilidad", no es exactamente así, pero es parecido. Empezando que a mi Ocaso me suena a muerto, pues su potencial siempre fue el de asegurarte un nicho y un féretro y para cuando tu cuerpo sea pasto de los gusanos. Y segundo, que pretencioso eso del laberinto de la vida y lo del sol de la tranquilidad, es el novamás de la  poesía.

Hay anuncios cursis y cursis, pero éste se lleva la palma y al palmero, se lo lleva todo, se lleva hasta el Príncipe de Asturias de la prosa lírica. Si su nombre lo dice todo: "Ocaso", cuando llega tu ocaso y entonces ya puedes dormir tranquilo y tan tranquilo, dentro de un féretro o caja de pino. Y lo del laberinto de la vida, pues es como suena, la vida es un laberinto en que te pierdes y vuelves (¡qué profundo!), pero al final, siempre encontrarás una salida, que es el sol de la tranquilidad o lo que es lo mismo, la muerte asegurada y ahí aparece Seguros Ocaso, para asegurarte que te mueres tal y como se debe. El el problema de las multinacionales, que una vez que agotan el mercado de los muertos y ya tienen a todos asegurados, se pasan al mundo de los vivos y sin ningún pudor ni vergüenza, se meten al ramo de los seguros de vida. Que más da, la cosa es vender seguros a todo lo que se mueve y menea y los gusanos dentro de un féretro se mueven y comen carne putrefacta. ¿O no?.

ÚNICO DUEÑO


Esparcidos por el camino he dejado trozos de mi alma,

he tirado corazones rotos y descosidos,

con el miedo he jugado a la ruleta rusa y al escondite,

he vilependiado lo que me ha obsequiado la diosa fortuna,

he despreciado a veces, 

al que me tendió su mano

o me ofreció su hombro de consuelo.

Todo esto hice yo,

pero al fin y al cabo, yo soy lo que soy,

y soy mi propio y único dueño.

LA DECADENCIA

Éste es un paisaje decadente
Dicen que la vejez es la decadencia de nuestra existencia, eso dicen algunos. Pero empezando que a mí me encanta lo decadente, pues la conclusión es que no me supone ninguna ofensa. Siempre me gustó la decadencia, hasta cierto punto, pues tampoco es cosa de regodearse en lo roto y desvencijado, digamos, que me gusta en su punto medio, es decir cuando aún queda algo de los buenos tiempos y el desgaste moral y material aún no es del todo cutre y destrozado. La decadencia de un imperio, pues si fue bonita, sí pero mientras no llegaron los tiempos de miseria. El aire decadente de las cosas, ese aire intermedio, donde las cosas se debaten entre el brillo y el óxido, eso es bonito, para mi es bonito y hacen que las cosas se envuelvan de un halo de misterio con sabor añejo.

Me pasa con las casas, me gustan las casa antiguas, pero al mismo tiempo que me gusta que estén bien reformadas. La estructura de la casa que sea amplia y con techos que lleguen hasta el cielo y puertas de madera vieja desgastada y con olor a rancio con solera de otras antiguas vivencias. También quiero que ese aire decadente no se pase de la raya, porque significaría que la casa se está cayendo a trozos y eso la verdad, no me entusiasma. Quiero confort y comodidad y amplitud y que las paredes rezumen vida por todos sus poros. A mi una casa nueva no me dice nada, no tiene olores, presencias extrañas, ni antiguos tactos y lo que tiene son olores a cemento y a barnices recién usados, la madera no huele a madera,
huele a producto químico plastificado.

Quizá hay dos partes de una casa que no me importarían que fueran nuevas: la cocina y el cuarto de baño. Pues en estos casos el que tengan solera me da un cierto asco. Que en ese mismo water cagará el Rey Arturo, pues es un puntazo para la historia, pero que coño, que se lleven el water a un Museo, porque te pones a pensar si de aquellas se cagaba más por fuera, que por dentro o si se bañaban una vez al mes y yo que sé, pero seguro, que ese pensamiento te corta la cagada. Después todo lo funcional lo quiero nuevo del trinqui y mejor si viene con el precinto puesto, un coche, un móvil, un ordenador, una tele, la ropa... Éstas cosas como son perecederas, si puedo las quiero nuevas y relucientes y con la garantía colgada de un lado. Las personas, las personas me dan igual si son viejas, nuevas o recién paridas, lo importante en ellas es saber si irradian y si tienen esencia y conciencia, y para eso, lo nuevo, lo viejo y lo decadente, carecen de importancia.


 

EL AMOR LOS DOMINGOS POR LA MAÑANA (Karmelo C. Iribarren)


Llevábamos un rato en la cama,
despiertos,
cada uno absorto en su mundo.
Ojalá lo consigan, dijiste,
ojalá alguien consiga algo alguna vez.
Seguí la dirección
que marcaban tus ojos,
y vi allí, a lo lejos,
a punto ya de desaparecer de la ventana,
una bandada de pájaros
alejándose hacia un lugar mejor.
Me acerqué hasta tus labios.
Lo conseguirán, te dije,
y nosotros también.

SI HOY VOLVIERAS (Alfonsina Storni)


Si hoy volvieras
con los ojos cargados de promesas,
con las manos cargadas de caricias;
si hoy volvieras
con la mente ya limpia de traiciones,
con el alma ya limpia de rencores
¿qué podría yo darte?
Mis ojos ya vieron muchos paisajes,
mis manos se han hastiado de caricias,
tu imagen se ha borrado de mi mente
y tengo un alma nueva cada día...
Si hoy volvieras a amarme,
serías en mi vida un pobre extraño;
para el perdón, el tiempo no ha corrido,
pero para poder amarte es ya muy tarde.

"La conjura de los necios", John Kennedy Toole.

"Dicen que la vida se puede recorrer por dos caminos: el bueno y el malo. Yo no creo eso. Yo más bien creo que son tres: el bueno, el malo y el que te dejan recorrer".

ME QUEDAN...


Me quedan dos frases en el bolsillo
una, os quiero
y dos, no me olvido
y espero y a modo de epílogo
que lo vivido
lo hayamos merecido.

Julio Llamazares


 “¿Por qué desear que los minutos y los años vuelvan cuando sabemos que no lo harán jamás? ¿Para qué sirve la melancolía? Nos pasamos la mitad de la vida perdiendo el tiempo y la otra mitad queriendo recuperarlo”.


RUTINAS


Despertar cada mañana y abrir los ojos. Ver hacia la ventana abierta el día que hace. Asomar un poco la cabeza y para ver si también se ha despertado el viento. Bajar a ducharse. Vestirse. Ver el correo electrónico. Tomar mis cinco pastillas de las mañanas (ahora ya son 7 y 3 añadidas por la noche). Repasar mentalmente si tengo tareas por hacer y en donde y a que hora. Ponerme la mascarilla y salir a la calle. Ir a desayunar al bar de la esquina: tres cafés (no tomo más cafés en todo el día), una rica y sabrosa tostada de tomate restregado con jamón serrano y zumo de naranja natural como la vida misma. Periódico local entre mis manos y ponerme al día de tantas tonterías como algunos cuentan y dicen...pero a pesar de saber eso...las leo.
Después, vuelvo a casa y la ordeno y la ventilo y la limpio así por encima y como el que no quiere la cosa. Por último me siento delante de mi ordenador y así empiezo el traqueteo del escribir y que me va a llevar horas y horas. Sólo paro cerca de las 13 horas y para preparar la comida, la preparo y vuelvo a sentarme delante de mi ordenador. Y sobre las 14,30 bajo a comer y en media hora y como mucho, estoy despachado. Subo de nuevo a escribir, sobre las 15 horas y aquí si puedo y me dejan, pues sigo hasta las 22 horas (a veces más, pero otras veces, son menos). Me pongo una peli chula de Netflix o una serie, pero prefiero no poner series y porque te cuelgas de ellas y a mi ya me llega con estar colgado del escribir.
Sobre las 23,30 a 24 horas, me voy a la cama. Bueno, antes pongo el aire acondicionado porque sino me sería imposible dormir y vivir. Reconozco y lo tengo muy claro, que mi talón de Aquiles es el puto calor y por eso me conservo medio refrigerado. Después en cama, sueño y doy muchas vueltas en la cama. En general, duermo bien. Pero claro habría que decir, que tengo ayudita y tomo religiosamente todas las noches, mi pastillita dormidera.
Y de nuevo, empieza el despertar de cada mañana y el abrir de ojos y bla, bla, blá...

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...