En realidad...
¡No me arrepiento de nada!.
CONTIGO
amanecimos sobre ríos de oro y plata,
descendimos por los más profundos valles de tu cuerpo,
recorrimos momentos
y poco a poco, nos comimos el tiempo.
Y SIN TÍ...
apenas me quedó nada,
quizá los recuerdos que ahora tanto duelen,
y aquella dulce melodía que sonaba en la radio del coche
y que casi me hizo llorar,
Te acuerdas de ella...
creo que
se llamaba
se llamaba
¡jamás me voy a olvidar!.

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