El hecho de estar habitados por la nostalgia
demuestra
son nuestra principal fuerza motriz.
Casi siempre volvemos al sitio donde nacimos
y vivimos en nuestra infancia.
Allí, volvemos a fumar nuestro primer cigarrillo
y recuperamos el sabor añejo que nos dejó
aquél primer beso.
Después y poco a poco
nos vamos diluyendo hasta el día de hoy.
Y entonces es cuando nos damos cuenta
que la vida es más corta que un suspiro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario