La idea...
la idea era quererte sin antifaz
pero eso sí, nada de bailar,
odio bailar y silbar,
las canciones con silbidos
me enervan de tal forma
que hasta a veces pienso,
que son la causa de mi calvicie,
aunque tampoco se quedan atrás:
el hablar por hablar,
el decir por decir,
el llamar porque no tienes otra cosa a la que llamar,
el matar el aburrimiento a costa de aburrir al prójimo,
el sopor calorífico de una noche de verano,
los atardeceres nublados en una puesta de sol,
las mañanas de otoño que parecen veranos,
las tardes de chimenea
y que llega alguien que en realidad, te importa y mucho
y te dice
¡Uyyy! que calor hace aquí...

No hay comentarios:
Publicar un comentario