No soporto las palabras afiladas que parecen no decir nada.
No soporto las palabras que primero, son amables
que segundo, te hieren
y que después te estallan.
No soporto las palabras de aparente neutralidad
y que se cubren de un suave velo de terciopelo,
y que en realidad,
son dardos envenenados
que te atraviesan como legiones de alfileres,
y que poco a poco,
te acabarán matando.

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