Tan rápido voy...
y voy tan rápido,
que al final me quedo por delante de mis deseos
como un embrión en medio de líquido amniótico,
y cuando quiero amo a destajo
sin control y hasta que las costuras se me descosen
o hasta que se ponen a temblar todos mis músculos
y se resquebrajan mis huesos
o hasta que pierdo el sentido
y la velocidad la convierto en vértigo
y entonces es cuando solo puedo percibir
la inmensa sombra del pasado.

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