El poeta no traza líneas mágicas porque sí.
El poeta suelta palabras y versos
y como si la vida se le fuera en ello
pero en realidad,
el poeta te embauca con la sonoridad de sus palabras,
te susurra al oído sonidos dulces
te arrulla como un recién nacido,
te conquista con sus encantos,
te adormece entre sus manos,
y al final y cuando te doblega a sus pies,
va y te dice
¡todo era pura metáfora!.

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