Así descubrí
como era el arte del escribir
y descubrí que una historia lleva a otra
que leemos una
que escribimos otra
y que la que habíamos pensado
no tiene nada que ver
ni con la una, ni con la otra.
Descubrí que toda historia tiene un comienzo
un desarrollo
y que el epitafio final
a veces es doloroso y crudo
y que en otras (muy pocas)
acaba como un cuento de hadas.
En fin,
descubrí que el final feliz
es un cuento que nadie se traga,
Pero ¿qué sería de nosotros?
sino fuéramos así de utópicos.

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