El otro día un tío conocido me preguntaba: ¿Tú viajas mucho?. Y como buen gallego que soy... lo primero que pensé es adonde quería llegar el tío, si era una pregunta así de sencilla o tenía un como y un porqué. Y claro le respondí en plan gallego: puede que sí o puede que no y además: ¿porqué lo preguntas?, ¿porque se me ve en la cara, porque con mi léxico denoto que he viajado mucho o porque tengo dejes de varios idiomas y un poso a hombre experimentado?. Y eso que no tengo barba, ni fumo en pipa ni tampoco canutos, ahora ya no me drogo y ni visto creando ningún tipo de estilo.
Pues el tío ante el bombardeo de preguntas rebotadas, se quedó de piedra y me dijo tímidamente: no, no... si yo sólo era por saber y además, tampoco...tampoco me importa. ¡Hostia! que pena que no le llegara a importar (me dije para mis adentros), pues a continuación vendrían otra batería de preguntas: si se refería a viajes físicos, a viajes mentales o a viajes del alma o astrales y si se refería a viajes de ir en avión, en barco o en el transbordador de almas.... que son tipos de viajes muy distintos.
La táctica del gallego ante una pregunta, es hacer otra o varias preguntas a quién te está preguntando y para saber por donde viene la pregunta, porque al fin y al cabo a todos nos enseñaron que una pregunta siempre tiene un sentido y un fin. Y a eso le llaman ser desconfiado. Pues yo le llamo, querer saber por donde van las cosas y así saber si el tío que pregunta es trigo limpio o es un mierda falsamente reciclado. Pues nada, que yo me anoto a la desconfianza que así dicen que se llama. Y ante esto el control emocional ¿qué dice?, pues nada que seas confiado y que además, le des un beso en la boca y que le respondas a la primera y por supuesto, que le chupes la polla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario