UN DÍA COMO EL DE HOY

 

No puedo, no puedo con días como el de hoy. Día nublado, espeso, reprimido, sudado y falto de aire. La quietud total de un mundo envasado al vacío. No me extraña que en días como estos se tape el sol, hasta yo también me taparía y es más, hasta desaparecería de la faz de la Tierra y ojalá apareciera en la cara oculta de la luna, al fresquito y a la rica sombra.

No me acuerdo ahora quién lo decía, pero más o menos venía a decir: "que en invierno (porque no soportaba el frío) se encogía en su concha o casa" y entonces y esto lo digo yo, supongo que hibernaría pegado a la estufa. Pues a mí me pasa al revés, yo me encojo con el calor y me pongo como un higo paso de arrugado, encogido y seco.

El calor, me mata. El frío intenso me entumece. Mientras la lluvia me pone tierno y sensible. En los días nublados me escondo en mi casa y porque afuera, no veo nada claro lo que me pasa.


 
























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GEORGE ORWELL