UNO ROMPE LAS COSAS


 Nada 

o casi nada se rompe porque sí.

Suele haber un como, un porqué y una causa 

que a veces, es una causa perdida,

pero ¡coño!

todos nacemos perdidos

y en cambio, 

¡aquí seguimos!.

Uno rompe cosas

porque de alguna manera

uno se lo estaba buscando

y porque a veces 

nos gusta jugar bajo la señal de peligro

y por eso

se nos rompen las cosas,

las ideas y los amores

y hasta las ilusiones

se nos hacen polvo de cristal.

Pero como decía antes

¡aquí seguimos!,

nos hemos destruído un buen montón de veces,

nos hemos recompuesto

y reconstruido como buenamente pudimos,

y sí, nos faltan trozos de alma y cuerpo,

pero la estructura que nos mantiene en pie

sigue más o menos intacta

y junto a ese trozo de alma,

 que menos mal

que se reproduce por las ganas que tenemos de vivir.


















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JULIO CORTÁZAR