Yo pensaba que lo mío era lo didáctico del pensamiento razonado. De empiezo por aquí y seguimos por allá (o segundo paso consecuente)... y para que todo se deslizara como eslabones de la misma cadena. Pero creo que me equivoqué de película y hay que empezar siempre por el final o por la conclusión final y pasar el epitafio a preámbulo y el toque definitivo siempre será: ¡qué me pasó en la vida que no me enteré de que va y de que iba!...Pero bueno, siempre hay el descanso final y desde la tumba también se puede hablar y pensar y poner las cosas en su sitio...
¿Tarde para quién?. Para mí, no. Es más, dicen que el final siempre se encuentra con el principio y que se convierte en una pescadilla que se muerde la cola. Que mueres pero que al mismo tiempo estás generando otra vida, que ya no será propiamente la tuya, pero algún gen seguro que se deja caer en ese nuevo ser. Ahora bien, tampoco idealicemos en demasía la muerte, mueres y tendrás que joderte y todo eso mientras los gusanos y moscas devorarán tu podrido cuerpo que yacerá dentro una pobre caja de pino. Y para acabar siendo lo que ya éramos antes de nacer, polvo y cenizas que de vez en cuando remueve el viento.
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