ESTAMOS TAN EMBUTIDOS...


 Estamos tan embutidos en nuestros disfraces

que al final creemos

que nos hemos transformado en algo distinto,

pensamos que no somos los mismos de antes,

que gracias a nuestros razonamientos

y a nuestro patético conocimiento 

pensamos (repito) que nos adaptamos a lo nuevo

y que sacamos todo el provecho de lo viejo.

Yo soy el mismo que hace 64 años, se hizo con mi cuerpo,

pero ahora soy más viejo o más añoso,

pero el alma

o la dichosa alma que tanto nos sustenta y alimenta,

es tan igual como dos gotas de agua,

solo que una gota es más reciente que la otra.

Eso sí...

con un cuerpo más oxidado

y los tornillos más sueltos por holgados,

y más cicatrices en mi mapamundi vital,

y tengo millones de historias más

pero también, 

mucho más cuentos 

y al final si sumamos, restamos,

multiplicamos y dividimos

el resultado final

es el mismo cuerpo mucho más desgastado

y un alma, que en mi caso...

no me cabe dentro.






























No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR