CONFESIÓN (Louise Glück)

CONFESIÓN
Decir que nada temo
sería faltar a la verdad.
La enfermedad, la humillación,
me atemorizan.
Tengo sueños, como cualquiera.
Pero aprendí a ocultarlos
para protegerme
de la plenitud: la felicidad
atrae a las Furias.
Son hermanas, salvajes,
que no tienen sentimientos,
sólo envidia.

HIJOS DE LA BONANZA (Rocío Acebal Doval)

 

HIJOS DE LA BONANZA

  

Mi infancia son recuerdos de un piso a las afueras

y un huerto descuidado en la ventana;

mi juventud, veinte años de cuaderno de inglés.

 

Conseguirás —dijeron—

mucho más que tus padres y sus padres:

estudia cuatro años y tendrás un trabajo,

trabaja y vivirás siempre tranquila;

trabaja y serás digna de un futuro.

Asentí, como todos —hijos de la bonanza—.

 

No atendimos a aquel presentimiento,

aquel olor a pólvora —aún distante—

que asomaba en voz baja

como un eco de angustia a puertas de palacio.

 

De aquel país ajeno a las fronteras

solo guardo el recuerdo de la luz

y una aversión a la palabra patria.

 

 

CAMINO INCLINADO (Leopoldo María Panero)

 


Marcho inclinado, mirando al suelo
lleno de peces que sudan
como mi barriga
llena de cerveza que sube y que baja
sobre la acera, al compás de mis pasos: elefante
mirando al suelo, grasa de ballena, rostro
reflejado en las risas de los hombres.
Casanova era así, de viejo,
me digo
para no insultarme: apedreado
por niños al crepúsculo.
Marcho inclinado, mirando al suelo;
los muertos están boca abajo. Sin duda
moriré en la calle.
Entro en el bar y el cervecero
ya está, como siempre, la copa en la mano
anunciando mi muerte.

CARMINUS (Amalia Bautista)

 

CARMINUS

No es una pesadilla y no es un dulce sueño.
Empieza a amanecer, camino sola
por calles de un lugar que no conozco
en el que no me siento extraña ni extranjera.
Aun así me sorprende cada cosa,
la luz que va llegando a las paredes,
el eco de mis pasos, el olor de los patios
con naranjos y fuentes y azulejos,
el temblor que me agita en una esquina
(quizá el frío, quizá la negra vida).
Abiertos los zaguanes a mis ojos,
su frescor, su penumbra, parece que me hablan
en un idioma antiguo que mi sangre recoge.
Tantas puertas abiertas como bocas,
pero tu voz no sale de ninguna.
Y ninguna me llama por mi nombre.

EN LAS AFUERAS DE LA REALIDAD


En las afueras de la realidad,

viven en libertad nuestros fantasmas y nuestros peores monstruos.

Y de vez en cuando les dejamos entrar

para que puedan comprobar el estado anímico de nuestra ansiedad.


LAS MANOS DE MI PADRE (Cysko Muñoz)


LAS MANOS DE MI PADRE

Las manos de mi padre
están hechas
de tierra seca
y agua de acequia.

De puño de azada
y manojo de esparto
de un millón de surcos
de barro
secándose al sol.

Las manos de mi padre
nacieron viejas
cultivadas entre
fanegas de injusticia
y de miseria,
pero siempre supieron
plantarle cara a las lágrimas
con un golpe en la mesa.

Las manos de mi padre
no tienen destino en las líneas,
nunca existió el futuro
para quien lo ha de pelear
cada día...

Y aún así
las manos de mi padre
siempre huelen a
tomillo en el monte
y a frío en el alba
y siempre tienen
trigo en las palmas
y siempre bailan
con un fandango
de voz antigua y quebrada.

Por eso no entiendo que hoy,
en la comodidad distraída
de esta gran ciudad,
cuando la tierra hace
tiempo que yace olvidada
- pero sus dedos aun son
ramas de olivo -
que hoy, haya reconocido

de repente sus manos
en el contorno de mis nudillos.

Las manos de mi padre están en mi.


YO ME CALLO, YO ESPERO (Antonio Gamoneda)

 

Yo me callo, yo espero
hasta que mi pasión
y mi poesía y mi esperanza
sean como la que anda por la calle;
hasta que pueda ver con los ojos cerrados
el dolor que ya veo con los ojos abiertos.


NIEVE (Antonio Gamoneda)

 

NIEVE

Retrocede, combate
hacia atrás, corazón mío.
Cíñete al amor, queda
activo en cuerpos, en
materiales amantes.
Olvida la nieve, vive
con los tuyos, desciende
a la ternura. Este
es tu país.
¡Oh la sed, oh la sed!
¿Por qué este mismo fuego
me empuja hacia la nieve?
Subir, subir al agua
eterna donde viven
la claridad y el frío.
Un sueño: Cumbre inmóvil.
Nada y luz. Nadie, nadie.
Oh Dios, si sólo un pájaro
me visitase en esta
región de libertad.
Atrás, puros espacios,
belleza inhabitable.
Vuelva la sed a su
origen en el fuego.



EL MUERTO (Batania)

 

Lo que cuesta mantener a un muerto,
lo que gasta en trajes y dentistas,
lo que agota llevarlo a la espalda
de Atocha hasta Argüelles,
si alguien supiera,
el muerto a cuestas,
todos los días,
lo que cansa vestir
los zapatos del muerto,
las camisas del muerto,
la bufanda del muerto,
si alguien me oyera,
cómo me suena el muerto,
cómo me llora,
cómo me roe,
cómo me grita
a trueno y rompepierna,
cómo me paso las noches
sin hacer un verso
porque no quiere el muerto,
porque no me sabe,
porque no se le ocurre,
no se me inspira,
si alguien entendiera,
lo que cuesta decir
sin pasar por loco
que mi padre vivió
sesenta y siete años
como un jilguero de nieve,
ningún clavo, ninguna tuerca,
ninguna mancha,
si alguien creyera,
y desde que vive
muerto
me obliga y me retuerce,
me ordena y me llama el muerto,
me apunta y me requiere,
siete años ya,
si alguien pudiera...

LA UTOPÍA (Eduardo Galeano)

 

LA UTOPÍA

La utopía está en el
horizonte, me acerco
dos pasos, ella se aleja
dos pasos.
Camino diez pasos y el
horizonte se corre diez
pasos más allá.
Por mucho
que yo camine, nunca
la alcanzaré.
Para que sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar.


SED (Ernesto Pérez Vallejo)

 

SED

Cuando acepté que el alcohol no era sinónimo de olvido
empecé a beber sin tener excusas.
La gente no me miraba bien.

Los mismos con los que compartí algún brindis
para maldecir una cintura, o unas caderas, o un buen culo,
me dieron la espalda.

Los que te han visto siempre triste
no aceptan tu "felicidad"
si no se consideran culpables.
Como si la tristeza al ser mutua
en lugar de aumentar, restara.

Para sentarse en aquella barra
debías tener al menos dos motivos
y uno a la fuerza tenía que ser el nombre de una mujer.
Si eran dos los nombres
la resaca era espantosa.

Decía lucía, la camarera,
"Si un amor se va antes de tiempo
el desamor se queda para siempre"
También decía,
"Hay gente que lleva tanto tiempo sola,
que confunde soledad con amor propio".

En aquel tiempo yo tenía motivos
y tenía nombres
y nostalgia
y hasta amigos.
Creo que nunca estuve tan solo.

De vuelta a casa le preguntaba a las farolas por mi hogar
pero aquellas putas luces me llevaban a casa
y jamás a tus piernas.

Nunca hubo una resaca peor que despertar sin ti.
Y si perdí el equilibrio era más por ausencia de tus manos
que por el borde de las copas.

Ahora me siento y bebo sin más,
no es una cuestión de nostalgia,
ni siquiera de tristeza,
ni de tu nombre,
ni de esas putas luces,
es simplemente que respecto a olvidar
yo a diferencia del resto
ya me he dado por vencido.

EL OLVIDO (Alejandra Pizarnik)

 

EL OLVIDO

en la otra orilla de la noche
el amor es posible
-llévame-
llévame entre las dulces sustancias
que mueren cada día en tu memoria.

REVOLUCIONARIOS (Gsús Bonilla)


REVOLUCIONARIOS

hablando de rojos – deduzco –

qué les abrieron el pecho

les extirparan el corazón,

y aún así,
viste? que hijos de puta!

siguen latiendo.

TODO LO QUE APRENDÍ (Iker Biguri)


todo lo que he aprendido es farragoso
y me da miedo


todo lo que desconozco también


lo que sé y lo que ignoro
me obliga a permanecer en guardia


sólo puedo flotar inmóvil
feliz como si fuera nuevo
en los escasos segundos que transcurren
entre la intuición y el desastre

LAS 13,17 HORAS


Ahora son exactamente las 13,17 horas.

Buena hora para hacer algo,

algo de provecho y que me reportara una inmensa alegría,

por ejemplo,

algo que no tenga que ver con el dinero

(estoy a dos velas),

quiero decir,

algo que no hable de mi ruína diaria,

porque hablar de opulencia si que estaría encantado.


Ahora ya son las 13,22 horas

y en 5 minutos he escrito 8 estrofas de mierda.

En el fondo, me miro

y me doy pena

pero insisto y me vuelvo a mirar,

y más pena me doy

y me doy tanta pena

que si en éste momento 

alguien me preguntara

¿qué tal te va?

juro por mis muertos que me pondría a llorar...


Y ya veis,

ahora ya son las 13,26

y es aún más triste volver a comprobar

que han pasado 9 minutos de mi vida

y he dicho más o menos 4 o 5 tonterías...

Pero en la vida casi todo son tonterías.

Y además...¿qué va a decir un tonto?

pues tonterías y no se le puede pedir más.

SON PLÁTICAS DE FAMILIA (Jaime Gil de Biedma)


¿Qué me agradeces, padre, acompañándome
con esta confianza
que entre los dos ha creado tu muerte?

No puedes darme nada. No puedo darte nada,
y por eso me entiendes.

HAY ALGO QUE SE TAMBALEA (Kutxi Romero)


Hay algo que se tambalea
en las mentes de los

                   GENIOS

                                 ONANISTAS

                                                 LITERARIOS

cuando afirman que su escritura
se debe
al reclamo de que vuelvan los Dioses.
Hijos de perra.
Yo escribo para que mueran
definitivamente.

INUTILIDAD DE LA POESÍA (María García Zambrano)

 

Es inútil creerse
un ser imprescindible,
una elegida,
tocada por la musa,
la escriba de algún dios.

No es asunto la lírica
que nos dé beneficios:
cerrar alguna herida,
saber de dónde vienes,
reconocer alguna luz...

Y poco más.

A VECES ME BESA (Paula Ensenyat)


En el pecho se agitan
vendavales de agosto,
murmura el mar
y en lo profundo,
sorprendida,
sonríe la tristeza.

A veces,
la soledad
me besa
y yo
sonrío.

NO RECUERDO EN QUE MOMENTO


 No recuerdo en que momento, lugar y sitio...

fue donde coño me perdí

donde definitivamente me quedé perdido,

y cual fue su causa y su razón de ser.


Siempre se acude a la lógica aplastante,

para intentar explicar lo ilógico 

cuando lo lógico es que de vez en cuando uno se pierda

y lo ilógico es que uno se pierda definitivamente y no sepa como volver

y entre una cosa y la otra, hay todo un abismo

al que llamamos, vida

al que ahora mismo no puedo ni soy capaz de entender.

MADRE (Paula Ensenyat)

 


La imagino
desperezándose
entre sus sábanas
de vainilla;

la miel se vuelve amarga,

y mi cama

aún más fría.

BIOGRAFÍA DE UN HOMBRE CON MIEDO (Piedad Bonnet)

 

Mi padre tuvo pronto miedo de haber nacido.
Pero pronto también
le recordaron los deberes de un hombre
y le enseñaron
a rezar, a ahorrar, a trabajar.
Así que pronto fue mi padre un hombre bueno.
(“Un hombre de verdad”, diría mi abuelo).
No obstante,
—como el perro que gime, embozalado
y amarrado a su estaca— el miedo persistía
en el lugar más hondo de mi padre.
De mi padre,
que de niño tuvo los ojos tristes y de viejo
unas manos tan graves y tan limpias
como el silencio de las madrugadas.
Y siempre, siempre, un aire de hombre solo.
De tal modo que cuando yo nací me dio mi padre
todo lo que su corazón desorientado
sabía dar. Y entre ello se contaba
el regalo amoroso de su miedo.
Como un hombre de bien mi padre trabajó cada mañana,
sorteó cada noche y cuando pudo
se compró a cuotas la pequeña muerte
que siempre deseó.
La fue pagando rigurosamente,
sin sobresalto alguno, año tras año,
como un hombre de bien, el bueno de mi padre.


SIGO SIENDO YO

 

A veces (pocas) prefiero callarme y no responder,
mi respuesta es mi silencio y mis pocas ganas por contestar.
Hay veces que prefiero pasar entre dos frentes,
y ser más bien flecha que sólo quiere avanzar...
Otras veces no y me pongo respondón
y ronroneo, gruño,
y me avinagro como el mejor vinagre.
Y algunas otras, me pondero y me mido,
y doy mi opinión como todo un señor (las menos),
de todas formas yo soy todo a la vez,
soy el que gruñe sin pudor,
soy el que pondero y medito,
soy el que me irrito y me desequilibro,
soy el amo del silencio y el rey del grito desgarrador,
soy en fin, todo a la vez y al mismo tiempo...
entonces es cuando me miro en el espejo
y me doy cuenta,
que sigo siendo yo,
pero un poco más viejo que ayer.

YO HE SIDO MUCHAS COSAS Y A LA VEZ Y AL MISMO TIEMPO

Aquí estamos de nuevo, buscando cosas, rebuscando en otras, removiendo pasados y no dando un punto a ningún remordimiento. Le hecho hecho es...