Camino como pisando huevos,
de puntillitas y en modo silencio,
somnoliento y letárgico
rodeado de laureles del pasado,
cuando de aquellas me creía alguien
pero en realidad, era lo que soy ahora,
un pobre paria en busca de su zanahoria o quimera,
de los laureles he pasado al picor de todo lo que llevo dentro,
la vida me arde y me quema y ¡de que manera!,
yo pido más intensidad y profundidad en el día a día
y me dan las sobras que nadie quiere,
yo pido paz y me traen la guerra,
yo pido amor y me rompen en mil mitades
y es que no sé como decirlo...
¡no hay amor sin dolor!.
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