De tanto querer celebrar sin molestar a nadie
de tanto decir...no importa
y lo siento y perdona y yo no quería romper tu paz interior...
me he quedado solo dentro de mi celebración
y ahora,
todas esas aves nocturnas que durante un tiempo me acompañaron,
forman parte del inmenso ejército de las sombras
se arrastran por las laderas de la noche más oscura
se refugian dentro de los lodazales de los charcos,
y de vez en cuando,
asoman su cabeza entre la densa niebla matutina
y con todo su osadía se atreven a decirme,
..."no sabes como se te echa de menos"...
y dicho esto,
se dan la vuelta sin más
y borran de su selectiva memoria este episodio
al final... siempre lo intentan y lo intentan...
pero os puedo jurar
¡que nunca más podrán conmigo!.
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