MI CASI


"Si tú me dices ven, lo dejo todo". Y eso dice la canción y yo por lo menos, no lo dejaría todo, pero casi. Claro que si me pongo a pensar en todo lo que tiene y abarca ese casi, ni en mis 6.000 escritos podía explicarlo y ahora que van 22.000, me lo podría explicar mucho menos. Menudo casi, menudo casi más inmenso, menudo casi más pesado de ser digerido, menudo casi casi infinito y menudo soy yo...y yo lo sé, porque me conozco o hago que me conozco. Mi casi, es la vida, es mi puta vida, son mis normas anormales, son mis manías de viejo prematuro, son mis despropósitos bochornosos, son mis dudas que no son tetudas, pero también, son mis alegrías desbordantes, son mis sentimientos enloquecidos por el viento, son mis atardeceres soñando con las sirenas que nunca existieron, son mis locuras de loco perdido y son tantas cosas y todas a la vez, que estoy seguro que a nadie le merece la pena venirse conmigo.
Bueno, pues ya véis, no necesito apuntarme a una web de citas penosas y amorosas para maduritos de mierda y es que yo pongo esto y por escrito y con buena letra y me quedo y seguiré solo y por sécula seculorum y de paso me dejarán lindos recados: que te aguante una sorda y ciega, que te jodan tus putas sirenitas de mierda, que te hagas las pajas con los cactus, que tío, ¡que estás amargado! y que te folle un pez con escamas. Y de todo esto, lo único que hay de verdad y porque yo lo digo, es lo de las pajas con cactus y porque en mis tiempos, practicaba el sexo con los cactus y porque me gustan los cactus y porque cuando se cuelgan de mis partes, me hacen daño y eso me gusta y porque en el fondo y en la superficie, soy masoquista (pero esto es un secreto y hablar bajito y que no se os oiga).
Yo no tengo la culpa de haber nacido así, así de masoca, así de impresentable y así de loco sin estar loco. Y mirar una cosa y mirar hasta donde llego: me acostumbré al sufrimiento y tanto me acostumbré, que me acabó gustando y hoy en día, necesito tener el látigo en mi mesilla de noche y el cactus y los cilicios y las sogas y el potro lleno de apetecibles pinchos brillantes y afilados y la almohada que sea de madera de boj y el colchón de piedras volcánicas y el pijama de esparto leridano...Y yo os pregunto: ¿así me puede querer alguien? y porque ya véis ¡que CASI... tengo tan grande!.
























No hay comentarios:

Publicar un comentario

YO HE SIDO MUCHAS COSAS Y A LA VEZ Y AL MISMO TIEMPO

Aquí estamos de nuevo, buscando cosas, rebuscando en otras, removiendo pasados y no dando un punto a ningún remordimiento. Le hecho hecho es...