No hay nada más detrás de la verdad,
no hay un premio,
no hay un abrazo amable y sincero,
ni un tímido y apocado beso en la mejilla
ni siquiera hay un reconocimiento social o personal,
allí, detrás de la verdad,
sólo están tu ego y tú,
cara a cara y frente a frente,
midiéndote, juzgándote,
valorando que es más productivo
si decir la verdad sinceramente,
o disfrazar la mentira como verdad...
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