La tarde transcurre con ese aire indiferente que apenas sabe a nada,
parece que no pasa... pero pasa
y es más,
parece que me habla y yo soy todo oídos,
pero sólo oigo susurros y zumbidos
y después creo que la tarde me traspasa,
que sube y baja, que va de un lado a otro,
que se incrusta en toda la esencia de mi ser,
y que me mata y que me mata dos veces.
La tarde me ha matado hace rato,
fue mi primera muerte y el preámbulo de otras muertes,
ahora, tengo mi carne presta para ser enterrada,
he vaciado de aire mis pulmones,
he comprimido mis fibras más allá de sus límites,
he contraído mis músculos hasta el dolor más inhumano,
he arrancado mis ojos de cuajo
me he cortado las venas con un cuchillo de sierra
y en mi puto honor,
¡he encendido una vela!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario