Hoy es martes 26 de marzo. Día nublado por sus cuatro costados y con esa calima pesada que sin darte cuenta, te agota. Menos mal que nos queda el viento, pues sin ser huracanado, está un poquito soliviantado. Graciás a él, la única neurona que me queda en pie, está un poquito espabilada. A mi lado, tengo a una mosca cojonera que no para de darme por el saco con su aleteo de mosca asquerosa. Son moscas grandes verdes y negras, que si ven un trozo de carne te cagan en ella sin ningún reparo y dejan ese montoncito de cagadas amarillentas que me dan asco visceral y me producen náuseas. Nuestra vida está llena de este tipo de moscas pero con forma humana y vas al curre y siempre hay un menda que habla hasta por los codos y que además, te cuenta toda su vida y como si su vida para tí, tuviera algún interés.
Pero no te das cuenta pedazo de desgraciado que no estoy siguiendo el hilo de tu monólogo. Que me importa una mierda que si mi marido trabaja el mismo día que yo y que de alguna manera, lo tendré que solucionar. Pues en cambio de estar dándome la brasa con tu cantinela aburrida, emplea ese tiempo en solucionar tu puto problema de mierda. Pies el tema es muy fácil, uno de los dos no trabajará o bueno, si tienes otro apoyo familiar, pues úsalo que para algo está. Yo que sé. Yo en mis tiempos de padre con niños pequeños, solicionaba el tema sin dar la brasa a nadie. Como decirlo de una manera apropiada, venía al puto curre con las mínimas cargas personales. Una cosa es hablar de este problema en un momento concreto y otra cosa muy distinta, es que se convierta en el principal problema de la guardia.
Y si rizamos más el rizo...te hubieras pensado antes el hecho de tener hijos y te iría mejor si hubieras adoptado un perro, un gato o una tortuga o simplemente no hubieras adoptado nada y a lo mejor el problema está, en que te aburres con tu pareja. Es decir, que no sabes estar a solas con ella. Mucha gente se aburre con su pareja y busca refugio en los bares, gimnasios, en correr por los montes y prados o en quedar para ir a jugar al padel o al futbito. Hay mil maneras de matar al aburrimiento, pero tener hijos para no estar aburridos, no es una de ellas.
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