ME DECÍAN...


Me decían que yo era un tío flojo, sin fuerza, blando, indefinido y demasiado poco agresivo. No sé si me entendéis, pero cuando de aquellas me lo decían, yo me desarmaba ún más por dentro, me hacía agua y me cubría de una densa niebla que casi me hacía invisible. Y ahora que ha pasado el tiempo y bastante (por cierto), miro hacia atrás y me digo: ¿como pudiste aguantar tanto?. Pues lo voy a decir claramente, pues yo de aquellas no era ningún angelito y le daba a todo y supongo que ese todo me afectaba y me destrozaba. Ese todo, era alcohol y drogas y todas las sustancias tóxicas que me pusieran por delante. Mi visión de la vida de aquellas, era practicar el escapismo y si me dejaban vivir de perfil, pues sería mucho mejor para mi existencia. Entonces en parte o en gran parte, era ese tío que antes decribía y aunque de aquellas y para nada, fuera consciente de ello. Uno se refleja en el espejo que mejor le sienta y yo escogía como espejo lo que había sido en mi juventud y sin más, me disfrazaba de ello.

Pero aclaremos una cosa antes de proseguir y ese tiempo duró unos años y ojalá hubiera durado menos. Claro que en el fondo estaba mi indefinición como persona y porque el realidad, estaba más perdido que un pulpo en un garaje. Y cuando te sientes perdido necesitas escapar de la puta realidad de cada día y el vivir se te pone cuesta arriba y entraba en una especie de sufrimiento agónico. Lamentos y buscarse la vida para poder subir el ánimo a base de drogas, alcohol y diversas sustancias. Yo no liberaba endorfinas propias y porque en realidad, no creía que mi cuerpo pudiera fabricarlas. Cuando dudas, dudas de todo y ese dudar de todo, te generaba aún más dudas. Vivía dentro de un puto bucle de dudas y vicio. Aunque de fondo era buena gente, pero creo que hacía lo imposible, por demostrar lo contrario.

Dudas sigo teniendo, por supuesto que sigo teniendo. Pero ahora, puede más mi lado seguro o decidido o arriesgado y me atrevo a tomar ciertas decisiones y meto la pata y hasta las trancas, pero ahí estoy en el campo de batalla y dando el callo. Ahora no me callo y suelo decir lo que estoy pensando, aunque claro está, hay veces que no merece la pena decir lo que piensas (pero eso, ni antes, ni ahora, ni nunca) y porque hay personas que no merecen que malgastes tu energía con ellas y además, el silencio despreciativo es lo que más les puede doler y molestar.






















No hay comentarios:

Publicar un comentario

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...