No queda casi nada de aquél ayer
apenas quedan unas cenizas en el cenicero
y unos dientes que no se quemaron.
No nos han enseñado
como enterrar al muerto
y no tenemos libro de instrucciones
ni alma que nos pueda comprender
ni nadie que nos pueda decir, te quiero.
Y que pena me das
y porque vas a morir igual que los demás.
No te creas invencible,
la carne humana es hoja caduca
y en el pasar de los años,
se muere y se descompone.
Nadie se salva de la quema
ni tú ni nadie
ni yo ni nada.
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