No hay nada más directo que la palabra,
ni las balas matan tanto como las palabras bien lanzadas
y al centro y adentro
atravesando músculo y fibra
destrozando neuronas y vainas de mielina
horadando almas
alzando verdades como puños en alto
y rebelándose ante el poder del tirano.
No hay nada más claro que la palabra,
la disparas con todas tus ganas
y todo salta bajo el poder de su onda expansiva,
hasta cuando uno... la está disparando,
sabe que tarde o temprano
siempre acabará dando en el blanco.
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