PIN, PAN, PUN Y A TOMAR POR CULO

 Sábado sabadete...día 27 de Julio del 2.019. Y va pasando el verano y yo sigo luciendo mi moreno obrero y es más, estoy seguro que así me quedaré durante el resto de mis días. Nina Simone canta una canción por la radio y claro, esa canción me hace volar hacia otros tiempos, tiempos que no son mejores ni peores que los de ahora, son solo diferentes, distintos, además que el factor edad también cuenta. Porque mis tiempos de Nina Simone eran alrededor de los 25 años y ahora, tengo 63 años y por lo tanto tengo más del doble. Y quién me iba a decir a mí que llegaría a viejo, pues mi calculo sobre mi muerte a los 25 años, lo tenía establecido alrededor de los 50. Y porque 50 años de aquellas (a los 25 años) era una bestialidad. Más tarde empiezas a cambiar esa cifra y ya piensas en los 60 años. Y sobre los 40 a 50 años empiezas a estudiar la posibilidad de vivir 70 a 80 años. Nada nuevo bajo el sol del puto verano. Bueno sí, que hoy el sol luce nublado pero  sigue habiendo un calor del carajo. Bertín Osborne es un capullo redomado con cara de facha y de niño rico andaluz (o de Jerez que es peor). A la casa del Bertín había que quemarla y para que nadie fuera de invitado a ese puñetero programa de mierda que emite la televisión sin ninguna vergüenza. Las 12 de la mañana, hora del ángelus y de tomarme parte de mis pastillas. A las 12 tocan la pastilla de la tensión, la del colesterol, la del azúcar asesino, la del control neuronal y para que no me ponga más loco de lo que estoy en estos momentos.

La pastillas del ánimo, la que dice en su prospecto que levanta el ánimo y como si el ánimo fuera susceptible de ser animado por una pastilla a dos colores. El ánimo no lo levantan las pastillas, el ánimo solo lo levantas tú si quieres y puedes. Bueno, algunos psiquiatras no se van tan lejos y hablan de medicamentos estabilizadores del ánimo. Vamos que según ellos, esas pastillas impiden que el ánimo te baje y que te lo mantienen estable en un auténtico, puro y aséptico, grado zen. Yo llevo nada más ni nada menos, que ingiriendo esas pastillas la friolera de 7 años y todos los días y sin fallar a ninguna cita. Con disciplina y deber patriótico. Y esto lo hago (me refiero a las pastillas estabilizadoras del ánimo)... ¡por si acaso!. Porque en principio no me creo que esa pastillas levanten el ánimo a nadie ni a nada, pero como en general ya llevo 7 años encontrándome muy bien... no, lo siguiente...pues el menda no ha dejado de tomarlas cada día que fue pasando. Mirar si debe estar estabilizado mi ánimo...que hasta me he zampado en 7 años y a pastilla diaria, un total de 2.555 pastillas de dos colores. Supongo que con esa cifra tan alucinante (2.555 pastillas) tendré estabilidad emocional para varias vidas y generaciones.

En 7 años la única diferencia que he notado, es que al principio me pasaba el día subido a la parra y eso me daba una euforia de mil pares de cojones. No dejaba títere con cabeza y hacía preciosos trajes sin medida a todo el mundo que en ese momento pasaba por mi cabeza. Éste es un capullo de mierda, el otro es un descerebrado cabrón que no soporto, el de la moto es un tonto del culo que te quiere vender la moto y tío, no me lleves la contraria porque te fulmino con la mirada o te liquido con la palabra. Y así hice y sin cortarme un sólo pelo, con algunas personas con las que antiguamente me unían lazos de amistad. Pin, pan, pun y a tomar por culo y asunto resuelto y a por el siguiente...que en ésta vida no hay tiempo que perder.... Y es que subido a la parra, todo se ve diferente y eso te lleva a decir... "o estás conmigo o estás contra mí". El que se demoraba algo en las contestaciones a mis misivas, también llevarían el mismo camino...pin, pan, pun y a tomar por culo.



 




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