Otros se dedican a viajar sin más y han preferido hacer un largo viaje cada tres meses... y lo han preferido a tener un hijo (no a tener un hijo cada tres meses...sino a tener un hijo o dos o tres en su vida). Opciones tiene la vida y la historia. Claro que cuando te ves viejo y medio acabado, podrás sacar todas las fotos y pequeños recuerdos de todos tus viajes siderales y así podrás dar la brasa a la peña amiga y familiar, con la narración fotográfica de todas tus putas aventurillas de medio pelo. Yo en cambio, no puedo dar la brasa a la peña con todas las fotografías de mis hijos y porque no es ninguna aventura de interés general y aunque sea una historia muy especial, es demasiado mía y creo que me niego a que sea demasiado compartida. Y dar la brasa a alguien, supongo que tendrá su encanto especial... Me lo supongo, porque yo tengo un sexto sentido que capta enseguida si estoy dando la brasa a alguien y por cierto, todos tenemos ese sexto sentido, sólo pasa que algunos lo tienen anulado y porque han preferido dar la brasa a tener activado ese sexto sentido. Vamos a ver...los plastas prefieren ser plastas y pesados y esa es una opción que solo han escogido ellos, nadie les obligo hacerlo. Tú, a lo largo de la vida puedes escoger el ser amable, el ser cariñoso y comprensivo o puedes escoger lo contrario y ser terco y de cabeza dura y ser huraño y ser pesado y plasta...
Mira, ahí estamos en una playa de Indonesia. Véis aquellas rocas... pues hasta allí fuímos nadando y después comimos bajo la sombra de aquel Cocotero, por cierto, alguna vez comiste Cocos así en plan salvaje. Que día más genial, lo pasamos fenomenal. Y por la noche fuimos al bar del Hotel y nos pusimos ciegos a gin tonics. Al día siguiente nos levantamos tarde y muy resacosos y decidimos pasar el día en la piscina del hotel. Si queréis os enseñamos las diapositivas del resto del viaje. Y en eso suena un bostezo (el mío) que a su vez acaba con una frase lapidaria: tengo mucho sueño y mejor lo dejamos para otro día... Y al otro día y como ya estás advertido por su amenaza letal, dirás que no, dirás que no puedes quedar en su casa y por lo que sea (porque te queda muy lejos y mañana tienes que madrugar, porque prefieres cenar al aire libre, porque después de cenar prefieres irte de copas y ponerte ciego como un piojo) y como último recurso podrás decir... me duele tanto la cabeza que prefiero quedarme en casa...Y esas diapositivas pendientes siempre se quedarán pendientes. ¡Y menos mal!.
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