CUESTIÓN DE COMPENSACIONES

Menorca
 Hoy miércoles día 3 de Julio del 2.013 y son las 9 de la mañana y desde que estoy en mi sano juicio o sea hace muy poco, tengo que anunciaros que hoy hace otro día espléndido. Pero de nuevo me toca chingar y quedarme en casa, me espera una ardua tarea doméstica y de subir, bajar y tirar cosas. Vamos, de ir limpiando y recolocando el gallinero, para que dentro de dos semanas de paso a los inquilinos veraniegos. Es superior a mí, esto de tener que alquilar mi casa y tener que salir de ella, pero bueno, que remedio, peor fue en la guerra de Cuba (decían mis abuelos). Iba a decir, eso dicen los mayores y claro me corté, a veces aún no me entero que ya tengo 57 tacos y yo soy un integrante más entre los mayores. Por mucho que uno lo sepa, por mucho que uno lo escriba, hay algo superior o algo invisible, que te impide que puedas asumir debidamente tu edad y sobre todo si vas de pertenecer al gremio de "los de edad avanzada". Hay algo visceral, algo primario, algo intuitivo, que se niega a reconocer la edad que tienes.

Y mira que yo lo digo sin reparos, digo, pregono y grito, que tengo 57 tacos y ¿que pasa?. Pues pasa, que lo digo pero no lo asumo. Siempre tengo la necesidad de compensarme, tengo 57 años pero no los aparento o mira éste que tiene la misma edad que yo y él si que parece un viejo pellejo y yo a su lado parezco su hermano más pequeño. O tengo 57 años y mira lo bien que lo llevo, que hago deporte, y corro y nado y practico vuelo sin motor, si soy más joven que los que tienen 40 años. Todas son maniobras compensatorias por mucho que no queramos reconocerlo. Además me siento joven y me han dicho hoy que no aparento la edad que tengo y si a eso le añadimos la mucha experiencia acumulada a lo largo de tu vida, pues entonces, soy el tío más cojonudo del mundo. Habría que preguntarse si a los 20 años necesitabas compensarte y si con 16, no te llegabas a compensarte pero del revés o sea que querías tener más años.

Parece que hay manos invisbles en nuestras vidas, manos que manejan nuestros hilos vitales y que marcan las etapas y edades. Y es bueno reconocer que las hay, como lo es intentar asumir tu edad y para vivir más sanamente, para vivir más tranquilo y para vivir sin tener que aparentar, pero si pasa lo contrario, tampoco pasa nada, si uno quiere pensar que tiene 45 años, cuando en realidad tiene 57, pues no pasa absolutamente nada. Pongamos que es un plus que se te concede por tantos años vividos, un plus con derecho a descontarte años y si uno vive mejor así y teniendo en cuenta que la vida que le queda de cada vez es más corta, pues que lo disfrute, que no pasa nada. Al fin y al cabo, se trata de vivir con más o menos años y si uno es más feliz quitándolos, pues nada, que se los quite.

Me acuerdo de mi madre que siempre olvidaba su cumpleaños y los nuestros, los de los hijos, y se olvidaba de nuestro cumpleaños  para no calcular el suyo, pues era una forma indirecta de saberlo. Mi padre era mayor que ella unos 18 años, y esa diferencia de años se fue acrecentando a medida de tal manera, que a medida que pasaban los años, llegó un momento en que me padre también parecía ser el suyo. Ella luchando como una loca por rejuvenecerse y mi padre con un pie en la tumba. Pues nada, mi madre lo prefería así, vivir en su propia mentira y yo quien era para bajarle de su nube, pues nadie y así viviendo en su mentira, al final le llegó su hora. Y es cuando te planteas, si ella vivió sus últimos años así, quitándose años como una loca, porque le vas a amargar su vida. Así que cada uno es muy libre de hacer lo que quiera, yo por mi parte escojo de momento la vía del medio, o sea decir claramente la edad que tengo y de vez en cuando dejar a actuar a mi instinto primitivo y si quiere autoengañarse un poco, que lo haga libremente, pero sigo diciendo que tengo 57 años y que a veces yo me encuentro más joven. Cuestión de compensaciones.





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