Por lo demás en ésta Isla perdida, todo, absolutamente todo, transcurre a su ritmo, todo va muy lento. Aquí, aún se paran los coches en medio de la calle, para que el conductor a través de su ventanilla, se ponga a hablar con un vecino o un amigo o un familiar. También hay tiendas, que tienen una serie de sillas para sentarte, así mientras atienden a uno van teniendo una lenta y larga charla, se cuentan y comentan todo lo que les da la gana, y más. Mientras tú esperas con toda la paciencia en tu silla, claro, si aguantas. Para eso tienen las sillas, para esperar sentado.
Desde hace aproximadamente 4 años pusieron los primeros multicines en Menorca. Hasta ese momento, solo había un cine en Mahón y otro en Ciutadella. A lo que voy, yo no puedo quejarme, por lo menos tengo una película de cine para ver de vez en cuando.
El internet se ha adaptado a la vida de pueblo y lógicamente va al ritmo que va ésta isla o sea tan lento como aquí transcurre la vida. Y en definitiva, ¿para qué tener prisa?. Si también es verdad, que en una sóla mañana te da tiempo a hacer tantas cosas, como lo que las que haces en un mes en otra ciudad cualquiera.
Aquí, durante todo el año, los nativos se preparan para las fiestas. Todo se vive para pasar esas fiestas. La más popular, es la fiesta de Sant Joan, la que se celebra en Ciutadella, el 24 de Junio. Aquí se da el pistoletazo de salida para celebrar las fiestas. Ésta fiesta, la de Sant Joan, es la más célebre de Menorca. Es un homenaje al caballo y es una representación medieval. El caballo es el gran protagonista y todo gira a su alrededor, en él montan todas las fuerzas vivas : el cura, el alcalde, el representante del campo, el representante de la nobleza, etc... Es una representación muy original y sobre todo auténtica. Ciutadella, se viste de gala para celebrar éstas fiestas. La verdad que merece asistir alguna vez, a ésta fiesta de Sant Joan. Claro que habría que hablar del machismo que rezuman éstas fiestas (las mujeres no pueden cabalgar sobre el caballo) y del casi maltrato animal, pues meten a los caballos en medio de mogollón de gente toda bebida. Poco les queda para que los caballos sean de papel cartón. Y lo de las mujeres, ¡ya no tiene nombre!.
El resto de las fiestas de los diversos pueblos de ésta Isla, son fotocopias malas de Esta fiesta (pero yo las prefiero, pues son más íntimas y más tranquilas. Aunque en realidad, yo no prefiero ninguna. Con el paso del tiempo, he concluído que ningún tipo de fiesta me gusta). Todo vuelve a girar sobre el caballo y en ellos montan la representación local de las fuerzas vivas. Es una imitación a lo malo, pero a veces, es la mejor manera de enterarse de algo. Pues en alguna de éstas fiestas secundarias, uno se puede buscar un hueco y ver de primeras al caballo y al resto de los protagonistas. Las fiestas en general, son como las fiestas de todos los pueblos: se visten de gala para dos escasos días y siempre sin falta, acaban con una buena resaca. Por lo demás, todo es igual aquí que en Andalucía o que en Galicia: las orquestas con los consabida música medio pachanguera, los cacharros de feria, y los fuegos artificiales y claro, el alcohol, que siempre corre a raudales.
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