HAMBRE PARA MAÑANA

 De que puedo quejarme si vivo en donde vivo. Me podría quejar de todo, menos de donde vivo. Me gustaría pasear sus playas y ir saltando de roca en roca y hasta dar la vuelta a mi querida isla. No pretendo hacer propaganda y patria de esta isla y porque prefiero que siga conservando sus cuatro esquinas, sus cuatro playas y sus cuatro poblados talaióticos y por supuesto, que siga conservando de sus cuatro bosques mediterráneos. No quiero una isla de pastel y repleta de guiris que todo lo destrozan. No puedo con las marabuntas de guiris que todo lo arrasan y que además y para nuestra desgracia, a su alrededor crean una economía que se basa en que los lugareños saquen la mayor tajada sobre los turistas. No puedo con esa ambición ciega del gremio de los hosteleros, pero el problema que de verdad se crea, es que esa filosofía que se crea por sacar la máxima pasta al puto guiri, se extiende por otros gremios de esta isla y el camarero todo explotado, se llega a creer que el vive o malvive, porque su jefe quiere chupar la sangre al guiri y hasta su última gota y que de eso depende su puesto de trabajo.

La inmediatez de la estupidez humana y hoy trabajo 16 horas y me pagas 7 y si quieres que te pague 8 horas tendrás que trabajar 20 horas. Es una puta regla de tres y estas reglas de tres tienen en común que suelen ser bastante inhumanas y el más pringado de todos, es el que va a padecerlo más en sus carnes. Y una economía que se basa sobre todo en la guirigada, está condenada al fracaso más estrepitoso y porque uno estafa al otro y el otro explota a otros y al final, la cosa se convierte en un puto bucle del que no se puede salir. El trabajador de a pie y por muchas horas que trabaje, no le va a llegar con su sueldo y porque el principal problema que este feo asunto plantea, es que no tienen donde vivir. El prenda de aquí, prefiere alquilar una de sus viviendas al guiri (alquiler vacacional, le llaman) y en un mes poder sacar lo que de la otra forma, sacaría en 10 meses. Pero esto es como la pescadilla que se muerde la cola y el que alquila un piso o una casa así lo hace, pero el que tiene un restaurante también lo hace y el del supermercado de la esquina y el que alquila barcos y hasta el que vende ropa y demás complementos.

Todo sube de precio en época estival y los precios acaban subiendo tanto que el trabajador que viene a trabajar en la temporada de verano, no le llega el sueldo para poderse pagar un piso, ni la comida, ni nada de nada. Por tanto, estamos viviendo el colmo de la estupidez humana y si no tienes a quién te trabaje en la temporada ¿que va a pasar?. Pues muy fácil, la gente no va a venir a trabajar gratis y en jornadas maratonianas y poco a poco estamos viendo que este tipo de pan es hambre para mañana.

















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