Han pasado cosas
y han cambiado otras
y yo no soy el mismo que era
ahora tengo otro cuerpo
mi alma está más entera
y mis ideas son más irreales.
La utopía me sirve de coraza
la rebeldía me hace caminar cada día
y mis miedos se instalaron en el ático.
No puedo decir
que ahora estoy mejor que antes
porque hay que poner las cosas en su respectivo sitio
y ahora a mis 68 años
no puedo trepar los árboles
ni enamorame de aquella manera
pero si puedo entender y mejor que antes
hasta donde puedo llegar con mi saco repleto de utopía,
y mi meta ahora,
es el día a día y el llegar hasta mañana.
Pasado es un lejano futuro
y el año que viene es una quimera.
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