Y dicen las malas lenguas, que el Imserso es la antesala de la muerte o la sala de espera hacia el otro lado. Y en parte no dejan de tener razón, pues esas excursiones tiene algo de despedida o sea de último viaje antes del definitivo. Y como es una despedida hay quien prefiere hacerlo de forma colectiva y saltándose todas las reglas hasta ahora aprendidas y a lo largo de toda una vida. Pues también tienen su parte de rebeldía: comer como cerdos y beber hasta reventar, las medicaciones directamente por el water y si se puede ligar, pues se liga y aunque sea con la sonda vesical colgando (pero el ligar está en el último puesto de esa lista). Es como el último engaño, yo no tomo medicación de nada, pues estoy sano como un roble y ni soy hipertenso, ni hostias benditas y además yo la controlo, cuando quiero me la subo y cuando quiero me la bajo.
Pero bueno, ¿qué celebración colectiva no es un puto pufo?. Pues si vas a una boda, todo es pura hipocresía y quién quiere creerse el cuento, se lo cree y el que no, pues no. ¿Y un bautizo y una primera comunión?. Es más del mismo cuento, pero en otra vertiente o es otra variable sobre el mismo asunto. La hipocresía social, es nuestra realidad en los grandes eventos y cuanto más grandes más hipócritas son. Pues como somos seres inseguros, nos inculcamos normas y hasta las normas se las ponemos a las celebraciones. Y así pasa, el que no hay celebración social que no resulte una puta parodia. Normas y más normas que desnaturalizan las cosas y las hacen completamente artificiales.
Los grandes eventos, son fuegos de artificio o son como un pedo mal echado, de esos que no huelen pero que sí manchan y como manchan. Pero como la vida no es una puta línea recta, siempre hay una curva peligrosa y por esa misma curva es por la que podemos y debemos coger la puerta o salir silbando por la tangente. Hay otros mundos y que son distintos, sin reglas, ni nada que los someta a las manos del hombre. Pero bueno, yo tampoco soy perfecto y es que además no pretendo serlo, pues también me gustan y amo las imperfecciones. Las imperfecciones hacen más atractivas a las personas. Y en cambio los perfectos me ponen de los nervios. Pero eso no es óbice para saber de que va el asunto y si hay demasiada hipocresía también es mi deber decirlo, pero tampoco hay que creerse las cosas a pies juntillas. Solo son referencias o ideas generales y que la gente se les aplique como mejor le venga, y digo la gente y Yo, por supuesto. Y el que no quiera pensar, ni leer, ni escuchar, pues ya sabe, que siga así, pero que siempre siga su puta línea totalmente perfecta.
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