Como todos los días, he ido a desayunar al bar de la esquina (que es como mi segunda casa) y allí ya me pusieron en antecedentes. Resulta que fulano estuvo ingresado y ahora ya está en casa y pendiente del resultado de unas pruebas. Y el otro que también viene todas las mañanas a desayunar, tuvo un derrame pleural y está en el Hospital con un drenaje. Noticias de pueblo pequeño y donde y sin querer te vas sumergiendo, pues de alguna manera ya eres parte del pueblo. Y eso que yo procuro pasar desapercibido y lo digo como médico y como persona, pero un pueblo es un pueblo y ya sea en Cuba como en Menorca.
Sensación de control, sensación de estar vigilado, pero al fin y al cabo, son sensaciones. Porque en el fondo, mantengo una prudente distancia, con sus tiras y aflojas, pero más o menos la mantengo y por tanto esa sensación depende y mucho, de mí. Pues el nivel de vigilancia es perpetuo, pero no te afecta igual todos los días y como digo depende sobre todo de tu estado de ánimo. En un pueblo pequeño parece que nadie se fija en ti y que cada uno está centrado en sus tareas y faenas, pero con el rabillo del ojo, te están controlando. Saben donde vives, saben a que hora sales y entras en tu casa, saben a que tienda vas a comprar, en fin, saben más de tu vida que tú mismo.
Son ventajas y desventajas, pues por otro lado, te puede gustar la cercanía de las personas o digamos te gusta ese ambiente "familiar". De alguna manera te sientes más arropado y ya sé que es de una manera ficticia, porque en realidad tú les importas poco, les importa mucho más la carnaza que les ofreces. La verdad es que aquí nadie pregunta y en eso es de agradecer tanta discreción. No preguntan, pero observan y por tanto interpretan, pero para ir viviendo tranquilamente, hay que saber pasar de esas miradas de control. Miras pues yo te miro, observo pues yo te observo dos veces, me controlas pues yo me descontrolo cuando me da la gana. En fin, nada nuevo bajo el sol o mejor dicho, bajo la telaraña de un día nublado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario