Tarde de primavera de un día cualquiera del mes de abril. Ahora pega el sol a través de la ventana y me pega tal manera, que me he visto obligado a tener que cerrar la contraventana. Se dice así, ¿no?...contraventana. No tengo persianas y porque de cada vez se usan menos, por lo menos en estas tierras en donde estoy vivendo. Pero tengo mi truquito y para no tener que quedarme a oscuras del todo para protegerme de la solana del sol, tengo instalado por encima de la ventana un rollo de tela de azul oscura que subo y bajo hasta donde me de la real gana. Y eso hice, bajar la tela azul y dado el calor que hace pondría varias filas en paralelo de tela azul oscura. Me entran ganas de encender el aire acondicionado, pero me parece demasiado pronto. Primeros de abril y tener encendido el aire y a quién se lo cuente, no me lo cree. Si tuviera un termómetro delante de mis narices, que no lo tengo, pero en la pantalla de mi portátil me sale un sol completo todo amarillento tirando a naranja y al lado pone: 23º y con una minúscula nube en el medio. Y yo no sé donde coño estará esa nube. Desde luego por mi pueblo, no pasa.
Dicen que la tierra es redonda y que rota como una pelota suspendida por sus dos polos. Después, vienen los terraplanistas con su rollo patatero de que la tierra es plana y me supongo que para ellos, la luna también lo es. Que lo de la tierra sea plana tiene un pase (es de broma), pero que la luna o sea mi luna sea plana y que carezca de su cara oculta, es como una bofetada en plena boca. Vamos a ver, que para esos algunos que pregonan que los astros son planos, si le hiciéramos un encefalograma saldría plano sí o sí. Por eso la imagen de su cerebro y de los astros, es una línea fina, estrecha y sobre todo, plana. Donde no hay más, no cabe más. Su cerebro se pesa en nanogramos.
El mundo fue creado en sus tiempos a saber por quién y en base a la evolución de algo que aún no sabemos lo que es. De momento sigue siendo un puto misterio sin resolver. Nosotros solo somos productos evolutivos de algo que fue más puro de que ahora somos. Por lo menos, tan payasos seguro que no éramos, ni tan bélicos, ni tan asesinos, ni tan malas personas. Seguramente procedamos de personas más auténticas que nosotros y más respetuosas con su medio ambiente y más entrañables y sensibles. No todo es negativo en la viña del señor y también ahora somos más inteligentes pero mucho más destructivos. Ahora matamos y después, preguntamos.
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