Leo poemas al azar,
leo casi sin pensar en lo que leo.
Cuando me encuentro un verso
triste,
siento en el alma como una
caricia.
No es que me alivie la tristeza
ajena;
es que me siento menos solo.
Aquí estamos de nuevo, buscando cosas, rebuscando en otras, removiendo pasados y no dando un punto a ningún remordimiento. Le hecho hecho es...
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