Yo sé que mi amigo tragaba saliva y callaba, pero por dentro ardía y se cagaba en todos mis muertos. Y yo las pasaba un tanto canutas, pues sin cálculo previo a veces tenía que hacer verdaderas virguerías y ahí venía lo que más le jodía a mi amigo, que al final salía victorioso y el resultado era que me quedaba un mural cojonudo y hasta todo dios me felicitaba. Él también lo hacía (felicitarme), pero estoy seguro que a regañadientes y deseando que algún día la cosa me saliera mal (que para ser sincero del todo, alguna vez pasó).
Pues yo pintando a brocha gorda me pasa lo mismo y asumo todo el riesgo que conlleva no tomar medidas preventivas. O sea que pinto a pelo y tiene que ser la cantidad justa en cada pincelada para poder pintar y sin que me caiga una sola gota al suelo. Supongo que será porque de los contrario me aburriría. Y hago números de circo y hasta hago piruetas para no manchar nada. Vamos que le pongo entusiasmo a la cosa, entusiasmo, pasión, devoción y riesgo, mucho riesgo. Si al final va ser verdad ese refrán que dice: "cada uno se divierte como puede".
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