Si al final siempre nos quedamos los mismos, los cuatro gatos despeluchados y deslustrados que en sí, decíamos ¡miau! y como puto reclamo de algo. Mucha movida ideológica, mucha ilusión patatera de que vamos a comernos el mundo y cuando empieza a pasar el tiempo y todo se hace más duro y más cansino, entonces, se pone a prueba nuestra paciencia, porque lo normal es que todo dios huya despavorido y quedarán los cuatro gilipollas de siempre (entre los que me incluyo). Las cuatro momias egipcias disecadas. Porque empiezo a sentir cierto complejo de dinosaurio, porque resulta que lo que yo pensaba hace 40 años, ahora parece que triunfa hasta cierto punto y mucha gente se suma a la lucha, pero ¿durante cuanto tiempo?.
Seguramente será hasta que la crisis pase, ni más ni menos y después quedaremos los de siempre. En cuanto circule la pasta gansa a raudales y entonces y en ese momento, nos veremos abocados al consumismo más despiadado y ya metidos en vereda, nos creeremos que todos somos empresarios y propietarios de no sé que mierda. Esto no lo sé seguro, pero me lo temo. Y lo digo porque por estas ya he pasado y aunque no me guste pensar en ello, así somos los humanos de predecibles y de imbéciles. Somos animales de costumbres y en cuanto cambian los normas y costumbres, también cambiaremos nosotros.
Las ideologías cambian y se transforman y nosotros con ellas o es al revés, nosotros cambiamos y después hacemos cambiar las ideologías. Pero ¿¡qué más da!?. El caso es que si ahora nos preocupa tanto el paro, los desahucios y el hambre que algunos o muchos están pasando, dentro de unos años y cuando crezcan los billetes en los verdes valles, nos preocupará más el como cambiar de coche y comprar uno de altísima gama o como hacerse con una casa con vistas al mar o a la montaña o si te vas de vacaciones a Honolulú o a las Seychelles. Análisis pesimista donde los haya, pero es un aviso a navegantes y para que no se crea nadie que este mundo es un chollo o que es una perita en dulce. Y además y lo digo con toda mi conciencia...¡el que avisa no es traidor!
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