Sin saber cómo
de gris la casa se vistió
como el plomo
el día amaneció.
Es tiempo de lluvias,
tiempo de amarse a media voz,
de oír de nuevo el tic-tac del reloj.
Es tiempo de lluvia,
de vivir de beso en beso
entre paredes de yeso
y dejar los días correr,
sin mañana y sin ayer
porque no se acaba
ni mi amor, ni mi amada.

No hay comentarios:
Publicar un comentario