Somos las consecuencias de nuestros actos
nos dieron un cuerpo
nos dotaron de un alma
y a partir de ahí...fuímos creciendo,
al final, nos hicimos grandes
y adquirimos responsabilidades
algunos más que otros
y otros menos que algunos.
No somos hiedra que arranca la piedra,
somos más bien musgo, suave y delicado,
pero también somos antorchas que persisten encendidas mientras vives,
somos el alma siempre invocada
un trozo de alma vive en nuestras entrañas
y el otro, convive con el aire que entre y sale de nuestros pulmones.

No hay comentarios:
Publicar un comentario