¿Y qué más da?.
Qué más da si un día tú te fuíste,
o que fuera yo el culpable de que te fueras,
¿¡qué más da!?.
Si al final, sé que nos olvidaremos el uno del otro,
tu cara se diluirá en el vaho del calor del verano,
mientras tu cuerpo será agua de lluvia.
Solo quedarán las promesas y los riachuelos de deseos,
sólo quedará tu perfume sobre mi almohada,
y esos ojos que me perforaban,
y tú seguirás lejos y no sé donde,
y yo, ya no te esperaré,
y eso que todos las noches,
cuando la luna me da en la cara,
me acuerdo de aquella fiebre lunática...
pero ¿y que más da?
ahora no me importa ni donde estás
ni eres parte de ninguno de mis sueños
ahora estás bien en donde estás
y si estás bien o mal,
simplemente será tu responsabilidad.

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