Los humanos somos así, somos así de limitados y aceptamos la esclavitud de alguna forma y todo porque nos perdemos en cada esquina y en cada cambio de acera. Necesitamos tener un ídolo, bueno yo no, pero trabajito me ha costado y y tal y como que llevo 56 años dándome caña y estopa y aún así, no lo tengo claro del todo (ahora mismo, llevo 68 años). Pero por lo menos, lo intento y me atengo a las consecuencias, que no es poco decir, pero que tampoco es una bravuconada barata. Bueno, que lo que quiero decir es que nuestra condición humana casi nos obliga a coger ídolos y después a hacer el papel de meros acompañantes.
No nacimos para ser protagonistas de nada, nacimos para aumentar el eco que hace la masa y por mucho que luche para que rompamos nuestras cadenas, nadie o casi nadie me sigue en ese intento y porque en el fondo y menos mal, yo no soy nadie. Tendría que limar mis aristas y pulir mucho más mis discursos, tendría que hacer que soy buena persona y que además, os quiero a todos. Un tío, como yo, que se caga en todo y que polemiza de manera un tanto absurda y que pone sus cartas al descubierto, no tiene mucho futuro en un mundo hecho de papel cartón y por eso nadie me dice, tío tienes razón y ya somos dos o tres capullos que podemos estar de acuerdo y mañana a lo mejor seremos más y pasado, puede que seamos una legión de pringaos dando la cara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario