Cuando decidí cerrar mi mundo
de inmediato me lancé a otro nuevo mundo.
Tanto árduo esfuerzo por mantener mi mundo en pie
tanto tiempo empleado
tantas ganas perdidas,
tanto ahínco y pasión tiradas por la borda
y de repente, va y se cerró el telón
y mi antiguo mundo desapareció.
Pronto me añadí al nuevo,
sumé y me hice partícipe
pero poco a poco
las costuras del nuevo mundo se abrieron
y entonces pude ver su trastienda
y comprendí que ese nuevo mundo tampoco era para mí.
Decidí seguir instalado
entre los dos mundos,
de vez en cuando me sumergía en mis viejos principios
(ahora, recuperados de nuevo)
y otras veces,
dejaba transcurrir mi vida por otros derroteros,
y le extraía sabia fresca a mi mundo nuevo.
Es que no hay un solo mundo
hay muchos mundos dentro de este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario