¡No!..., no...
el día de hoy no es un día embrujado,
no hay sapos que hablen,
no hay culebras que sisean a mis pies,
no hay farolas con la magia de imaginar,
no quedan peatones al llegar la noche más oscura,
y todo discurre bajo la lluvia,
y tras esos golpes de intensa lluvia
todo se humedece tras el cristal,
pero casi nada se enternece dentro de mi casa,
hay aspavientos de sentimientos,
hay luces de neón difuminadas
que dibujan deseos que algún día tuvimos
mientras el aire acaricia mi cara,
y yo me quedo mirando como la lluvia cae del cielo.
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