Que la vida es aquí y ahora


Que la vida es aquí y ahora y no es la que fue hace tiempo, es un hecho y por eso si yo me pellizco me acabará doliendo y por eso si ahora me tropiezo, me caeré al suelo. Esto tan evidente y muy fácil de ser comprendido, pero no todo el mundo lo entiende y más de uno y más de dos, confunden aquello que fue en su día con lo que hoy es presente. Y entonces surgen los errores y las confusiones y el te quise tanto se mezcla con el te quiero actual y de ahí, sale un engrudo muy raro que es muy difícil de identificar. Sale un antiguo amor que con el paso del tiempo se fue desgastando y que ahora sino lo actualizas, se acabará diluyendo. En cierta forma todos vivimos de un viejo cuento, que tuvo su parte real y que la otra en cambio, se fue inventando y porque cada uno fue añadiendóle lo que le dio la gana o lo que más le apetecía añadir. Yo te quiero más cariñosa, pues toma y más decidida, pues vuelve a apuntar. Cada uno se inventa su personaje ideal a su medida y cuantos más años vayan pasando más grande será la parte inventada.

Claro que quién me dice a mí que ese amor no es tan válido como el otro, como es el actual, palpable y sonoro (sí es que tienes alguno). Yo puedo vivir de un amor inventado, es más, creo vivir de ello y cuando hablo de mi soledad, estoy incluyendo un amor inventado. Porque lo necesito, porque forma parte de mí y porque el querer entra en mi forma de vivir. ¿Utópico?...pues sí y ¿qué pasa?. Irreal, también lo es. Yo soy de los que pienso que para ser feliz en esta vida (por lo menos, un poco), hay que ser un poco utópico y un poco irreal y porque si nos damos continuamente baños de realidad palpable, acabaremos amargados y porque la realidad siempre tiene una gran parte de dolor: tiene guerras, muertes, genocidios, malversaciones, hambrunas y toneladas de desigualdades. Todo esto no quita que podamos evadirnos de nuestra realidad y porque es imposible. La realidad está ahí y está con nosotros, pero hay una pequeña parte con la que podemos jugar un poco y para ello, hay que escribir un cuento con un guión que sea irreal y utópico. Esta última parte depende de nosotros mismos, la otra no, la otra depende de los acontecimientos que se den a tu alrededor y en los que también y de alguna manera, puedes influir en ellos.

Conclusión. Parte de lo que es ahora mi vida, es un amor inventado, un amor que no tiene cuerpo, ni se sostiene bajo un esqueleto, pero está dotado de un alma que no le cabe dentro y es comprensivo, amable, cuidadoso y hermoso. Yo no le pido peras al olmo, pero si le pido que me las de cualquier árbol de entre todos los que hay. No me conformo con lo que hay y si para ello, tengo que inventarme un nuevo amor en mi vida, lo haré y sin cortarme ni un pelo.


















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