Si me buscáis,
si de verdad me buscáis
y por lo que sea, no me encuentráis,
levantar alfombras,
remover el polvo de la alacena,
y meter el dedo en el fregadero,
puedo estar en cualquier agujero,
o en una tubería acodado como un feto,
y hasta puede que flote en un pozo negro,
pero yo os advierto,
no soy fácil de encontrar,
me camuflo y me diluyo fácilmente,
y me evaporo y me fantasmeo,
pues soy volátil como los gases,
y soy líquido como el mercurio,
soy en definitiva,
un camaleón en un traje de buzo
que no encuentra sitio donde quedar.
El que me busque,
que me busque a conciencia,
que siegue los campos y praderas,
que arranque los árboles de cuajo (que pena),
y que rebusque entre sus raíces más ancestrales,
y sobre todo, que se convierta en un topo,
y que excave y arañe el subsuelo.
Quizá un día encuentre alguien,
quizá y sólo quizá,
quizá me encuentre o yo lo encuentre,
y puede que sea en un día cualquiera de verano,
cuando uno sale a retozar,
y a llenar de aire sus pulmones medio quemados
y por tanto respirar aire viciado.

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