Hoy leía un precioso artículo escrito por una escritora de cuyo nombre no me acuerdo, en el cual se dedicaba a ensalzar la figura de su madre y como pasó junto a ella el último verano de su vida y porque su madre ya estaba carcomida por un puto cáncer asesino y la describía de tal manera y con tal cariño, que yo me estaba muriendo de puta envidia ajena. Porque yo no tengo ese tipo de recuerdos sobre ninguno de mis padres y si para mí, mi padre era un hombre de corcho y paja, pues pasa que mi madre era un saco de veneno con espinas, púas y colmillos venenosos. Aunque es de persona el reconocer que con el paso tiempo se fue amoldando a algo que no sé como definir y porque estoy seguro que en el fondo no había cambiado para nada su estructura mental pero si pasó que con el paso del tiempo había adquirido más experiencia para saber ponerse de perfil ante determinadas situaciones y porque al fin y al cabo, su poder iba decayendo al ritmo en que tú ibas creciendo y partir de ciertos años, ya no estaba para poder partirte la cara. Aunque sigo pensando que por sus adentros te la partiría cien veces y tal como hacía en sus viejos tiempos. Dura era mi madre. Seca como un palo seco, nada cariñosa y siempre esperando que los de su alrededor, la comprendieran. Y la verdad, es que nadie la comprendía y menos la comprendíamos sus propios hijos. Éramos y somos tres hermanos. Éramos tres hermanos y ahora seguimos siendo tres, pero yo por mi cuenta decidí ser uno, aunque tengo muy claro, que ellos participaron en que tomara dicha decisión.
La familia es familia mientras mantiene ese hilo de familia. Pero el tema de fondo está muy claro, si nunca existió ese hilo que de alguna manera es el que nos debía mantener unidos, pues adiós familia y no me hagáis perder más el tiempo con lo que pudo ser una familia y somos hermanos pero estamos a millones de kilómetros los unos de los otros. Además, en ésta vida hay saltos cualitativos que a veces se dan y se hacen y si yo llevo un tiempo pidiéndote poder hablar de un tema pendiente que aún está sin resolver, pues ahí es donde se demuestra la existencia de ese hilo que nos une y hablamos del tema y aclaramos conceptos e ideas. Tengo que decir y decirlo antes de seguir contando este rollo patatero, que yo no soy un ejemplo de nada, que no he sido un buen hermano, que no me preocupé como debía cuando me tenía que haber preocupado y que hice cien cosas mal. Pero la diferencia con ellos, es que yo lo digo y lo reconozco. Ellos prefieren seguir como si aquí nunca hubiera pasado nada, prefieren abrazar la ignorancia del que realmente sabe de que va el tema y ante un posible marrón familiar escogen la opción de una gran borrachera familiar.
Pero yo me harté de este cuento hace unos cuantos años y se lo dije, pero no me hicieron ni caso. Ellos esperaban que la cosa circulara como siempre, ésta es una pataleta que le va a durar dos días. Pues dicha pataleta ya lleva unos años de existencia y conforme va pasando el tiempo, va a más. Hay mucho por decir y hay mucho por comprender y por perdonar y hay mucha autocrítica por delante y hay mucho trapo sucio que se debería limpiar. Tampoco pido que nos comamos la boca y porque hay que partir que hay mucho daño hecho y que no todo se podrá solucionar, pero hay que intentarlo, hay que hablarlo y decirnos cuatro verdades en nuestra puta cara. Al final queda más que claro, que el que quiere hablar claramente todos estos asuntos, es el raro, el extraño, el que más ha mentido....pero mis queridos hermanos yo todo esto lo reconozco y lo asumo y ahora mismo tenéis la pelota sobre vuestro tejado. Pero no preocuparos mis queridos lectores, porque mis hermanos se seguirán poniendo de perfil y yo seguiré ejerciendo de patito feo.
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