ASAMBLEAS Y DEMÁS



Ya no hay asambleas que decidan por todos nosotros. En mis tiempos las habían y éramos unos cuantos los que decidíamos por todos y claro llegó el día o el momento que tenía que llegar y la masa del todo se hartó de que decidieran por él. Realmente todo se sacaba de contexto y unos cuantos cientos de personas manifestándose se convertían en miles. Pero la vida siempre fue así y unos pocos siempre fueron los encargados de mover a los demás y de decir que eran muchos más que dos (como dice la canción). Pero lo diferencia con ahora, es que esos pocos ya no se reunen en asamblea y deciden por los demás en destino de todos. Me acuerdo de una vieja amiga que posteriormente dejó de serlo, pero no entro en culpabilidades, si fue mi culpa o si fue de ella o si fue de los dos al mismo tiempo, pero a lo que yo iba es que se declaraba "activista" y como si yo fuera en comparación a ella, un objeto pasivo e inanimado y por no sentirme ni declararme activista, aunque sí que me sentí activo y muy activo, ante determinados temas. En realidad yo me siento muchas cosas a la vez, me siento médico, me siento ser humano, me siento activista y a veces, hasta me siento que prefiero ver hacia otro lado y porque hay cosas que por mucho que querramos, nunca podremos o debemos ver. Yo no puedo ver como a alguien se le tortura o se le mata en nombre de algo que se considera humano. Yo no soy capaz de ver ciertos dolores cancerígenos inhumanos, a no ser que adopte el papel de médico y entonces lo puedo soportar pero también sé que después y más adelante, lo voy a pagar con creces.

Lejos quedó esa antigua amiga y porque lo que nos unía era tan poca cosa que vino un soplo de viento en contra y se llevó nuestra amistad. Yo no soy perfecto y es más, me reclamo como un ser imperfecto y tengo mis momentos buenos, malos y peores. Y entonces no puedo tener a mi lado a alguien que todo lo sepa, que saque alternativas como magia de la chistera y que todos sus pensamientos sean verdades como puños. No soporto a las personas en que sus alternativas son verdades de fe y mientras las tuyas son un cúmulo de imperfecciones. Pero el tema no está en quién tiene la razón o no la tiene, el tema está en que esa persona que se cree tan perfecta te imponga sus razonamientos sociales y digo sociales porque en los personales ya es otro cantar. Socialmente no permito esto y propongo lo otro, pero personalmente hago lo contrario. Hay una dicotomía y una contradicción inequívoca, pero para el parecer de estos señores no la hay.

No sé por donde anda esa anterior amiga, bueno sí lo sé o me lo supongo y porque si vivo en una pequeña isla uno no se puede ir muy lejos. Me la supongo con el mismo rollo, con esa seguridad pasmosa para todo tema social y con su gran inseguridad en los temas más personales, que simplemente nunca serán hablados ni compartidos con nadie. Pena no me da, ni lástima, pero alegría tampoco y oigo  su voz como un eco cada vez más lejano. 



















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