CAMINAR...


 Caminar...camino y ando y como y me duermo envuelto en mis sueños. Hubo tiempos ya muy lejanos, en que el tema consistía en que los que andarían serían otros, pero ahora ya no soy de esa secta satánica y me he apuntado al positivismo más desbordante. Ahora irradio vida. Aunque y porque todo hay que decirlo, tengo un impedimento físico propio de la edad y de haberme cuidado fatal (me refiero al fumar y sus terribles consecuencias). Pero quién coño iba a pensar en eso hace 20 o 30 años y si me ponía a pensar en ello, me encendía otros cigarrillo y me lo fumaría en plan compulsivo y como si con ello fuera desafiar al destino. Uno piensa que es invencible cuando el viento sopla siempre de popa. Hasta que llega un día en que todo tu cuerpo hace ¡crack! y como decía mi padre, ahí empiezan todos tus males y que al final de todo y visto lo que hay, tampoco son tan malos y porque desde que nacemos sabemos que vamos a envejecer y en fin, envejecer forma parte del proceso y o te adaptas a ello o te mueres al día siguiente y en plan depresivo y sin encontrar consuelo en ningún regazo amigo. Cuando te mueres te mueres y nadie te va a contar otro cuento y si te lo cuentan es porque tú lo estás pidiendo o porque a alguien le das lástima y pena. La muerte debe ser digna y con la vista al frente y sin que las rodillas toquen el suelo. Y con todo éste rollo que me estoy marcando, no quiero decir que no tenga miedo a morir, porque habrá algún listillo que lo interpretará por ahí y dirá al mundo, que es imposible morir sin tener miedo. Y yo esto último lo corroboro, pero intentaré y sea como sea, no dejarme dominar por el miedo.

Yo no he nacido valiente, ni me hice valiente con el paso de los años, pero ahora mi dilema está en mis intenciones y o me cago de miedo o me abrazo a la muerte cuando ella esté presente. ¿Se me entiende lo que coño quiero decir?. No soy ningún valiente pero tampoco soy un cobarde de mierda y como soy una persona humana, unas veces tengo miedo y en otras se me hinchan las venas por tanta vida que llevo dentro. Dicen que los recuerdos se almacenan en el corazón y permanecesn allí escondidos y hasta que tengan ganas de salir. Por eso a veces, nos sorprenden cosas, cosas que ayer o hace un segundo, no pensabas. En ésta vida todo es pulsátil y todo late al ritmo que marca tu bomba de achicar sangre. Nada es lo que parece, pero un sentimiento se tiene o no se tiene y no hay punto medio. Yo quiero, yo quise y es de suponer que seguiré queriendo y porque el querer es el hilo que nos hace ser mejores personas. Es más, ahora mismo estoy con la mente abierta y dentro de mis cabales y soy capaz de afirmar que en el lecho de la muerte seguiré queriendo.

Si miro hacia atrás, soy capaz de sentir mis mejores recuerdos (también, los peores), pero si me pongo a sopesar hacia que lado voy a tirar, lo tengo muy claro y prefiero recordar mis mejores momentos y si hace falta, hasta puede que con ellos me invente cuentos o historias mágicas que solo existen dentro de mi imaginación. Pero como decía el otro, para lo que me queda en el convento me cago dentro y eso voy hacer y con sumo gusto y placer. Que a éstas alturas de mi vida que no me vengan con malas historias y porque ahora prefiero que la historia acabe muy bien y aunque sea un puto pufo que nadie se puede creer. Prefiero pensar en que sea como sea me voy salvar de la quema y en que en mi muerte estaré durmiendo dulcemente. Si pensara en lo contrario, que por supuesto puede ocurrir y el dolor terminal se adueñara de mi cuerpo, yo espero que antes de que retuerza como una serpiente por tanto dolor, tenga el valor de dar término a mi puñetera vida. Una cosa es que espere una cosa y otra muy distinta es que así vaya a ocurrir.





















No hay comentarios:

Publicar un comentario

YO HE SIDO MUCHAS COSAS Y A LA VEZ Y AL MISMO TIEMPO

Aquí estamos de nuevo, buscando cosas, rebuscando en otras, removiendo pasados y no dando un punto a ningún remordimiento. Le hecho hecho es...