Yo tengo una estrategia muy clara, ser claro y conciso y al pan, pan y al vino, vino. Intento ser consecuente y sino puedo jurar una cosa y porque nunca se sabe, pero si puedo prometer que moriré en el intento. Pasó mi época de juramentos incumplidos y porque sabéis una cosa, uno jura más veces y más intensamente conforme se encuentre más inseguro. La seguridad no te hace jurar en vano, la seguridad te hace sonreír todo ufano y orgulloso de estar vacío y hueco por dentro, la seguridad te asienta sobre fuertes pilares y por eso, cuando de verdad la tienes casi no te tambaleas. La mierda con sangre entra, nos decían cuando éramos pequeños, aunque ellos, los mayores, de aquellas se referían a que la letra con sangre entra. Por eso me sé todo el abecedario y por eso me sé de memoria lo que es vivir entre la mierda y por eso hice ese añadido. Pero no nos recreemos en ello, la mierda pasa como pasa todo en ésta vida que nos han dado y por tanto e igual que algunos me piden que no me recree en la depresión, pues otros me piden que me quede metido en la mierda hasta el cuello. Ahora bien, en éste mismo momento tengo que aclarar varias cosas: primero, porque ahora no lo estoy y segundo y más importante, porque no me apetece arrastrarme por el fando como una larva inmadura. Yo soy de los que levanto el vuelo rápidamente, pues para eso tengo unas preciosas alas blancas que despliego cuando huelo un mal rollo. Y cobarde no es la palabra correcta, es más bien ser precavido y el estar hasta los cojones de tantos malos rollos.
Ahora me va el buen rollete, pero claro, a mí manera. Es decir, no busco ni de coña que todo el mundo me quiera y porque sólo tener que pensar en ese todo tan dispar y tan lleno de marrones, me hunde en la miseria. Pocos y escogidos es lo que yo quiero, pocos y muchos menos que antes y porque con el paso del tiempo nos vamos haciendo más selectivos y exquisitos. Si somos pocos nos entenderemos mejor, habrá que hablar menos tiempo, podrás explicarte mejor y tendrás más facilidad para que ellos se centren en tí y tú en cada uno de ellos. Tampoco quiero ir de lobo solitario aúllando en las noches de verano, pero tampoco quiero formar parte de ninguna manada y menos cuando las manadas son jerarquía en estado puro. Yo, por libre y de vez en cuando aceptando un roce o una caricia. Aunque ahora estoy escuchando al paso del tiempo y él me está diciendo, que de cada cosa bonita que hay en la vida de cada vez habrá menos y al final de nuestros días, se convertirá en un bien altamente escaso. Besos, caricias, miradas tiernas y amorosas irán poco a poco desapareciendo y lo único que en mí va quedando, es la bondad de las palabras cariñosas y que de alguna manera yo sigo conservando. Quizás tenga un almacén de palabras cariñosas y yo ni lo sabía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario