que yo entro pero me sobro
y a veces hasta me desbordo.
Mi casa es grande, es inmensa,
y yo entro en ella
pero mi alma, no.
Soy acequia seca en sus días peores
soy un alma desilusionada
y no lloro porque no sé llorar
sé reír y sonreír
y vivir en dique seco
sé construirme a partir de menos cero
sé volver del lado oscuro
y convertirme en un ser promiscuo de espíritu y de ideas
yo comparto, obsequio y además, reparo
pero espero algo a cambio
espero que alguien comparta mi causa
espero que le guste mi aliento
y el sabor que emanan mis huesos.
Mi espacio es tan pequeño
que no puedo pensar
que estoy esperando a alguien.