Algunos somos bichos de nacimiento. Otros se hacen bichos por el camino y algunos pocos (los menos) nunca fueron ni serán bichos y serán otra cosa. Me refiero a los bichos rastreros que se arrastran por cualquier lugar y sitio. Yo me considero un ser humano, pero eso no quita que a veces me convierta en bicho y que me de asco y grima de mi mismo. Sí, a veces me odio y me odio tanto que a la fuerza tengo que odiar a alguien más y esto la demuestra la física y porque si tú acumulas cosas llegará un punto en que ellas mismas te desbordan y el odio te saldrá hasta por los poros. En el fondo de todo, no somos tan distintos y queremos ser buenos y a veces somos unos cabrones. Lo que diferencia a los unos de los otros, es que hay algunos (como yo o eso me gustaría) que lo reconozcamos más veces el que somos raros y extraños y que lo hacemos sin tener miedo a que nos señalen como seres humanos diferentes. La sustancia de la vida está en la diferencia y es que si todos fuéramos putas máquinas con apariencia de seres humanos, la cosa sería demasiado aburrida y por repetiva y por carecer de luz propia. Lo siento por vosotros mis queridos hermanos si me queréis convencer de lo contrario, pues ahí mi empatía se va directamente al carajo y yo con ella, Yo hace tiempo que dejé de creer que la cosa consiste en hacer lo que dicta la mayoría y en tal caso puedo aceptar lo que dice la mayoría si ésta respeta a las minorías, mientras tanto no la respeto o sea mientras no me demuestre ques sabe escuchar a lo minoritario y diferente. Si yo fuera igual que el otro y que la otra y que el de más allá o el de más aquí, ¿donde se quedaría el aliciente que nos brinda la diferencia?.
Que aburrida y que sosa es la gente que se pasa la vida gritando las mismas consignas y porque nunca habrá un mañana para ellos. Si consiguen algo que pedían nunca les será suficiente, claro que suficiente tampoco lo es para mí, pero nos diferencia que yo celebro lo conseguido y puede y estoy seguro de ello, que más adelante reclamaré otras cosas diferentes. Vamos a ver, yo no me considero un ser conformista, ni me siento más débil por celebrar los buenos acontecimientos que se nos presentan por el camino, ni más fuerte por celebrarlos como ma salga de mis adentros, porque simplemente la cosa es muy sencilla, me siento distinto y diferente a ellos y a otros muchos. La diferencia se lleva en la sangre y en los genes y después es cuestión de trabajarla y pulirla y si el resultado final es querer ser un tío mediocre y aburrido, pues te sumas a la gran masa de lindos borregos del rebaño y si quieres ser lo contrario, pues sólo hay que ponerse a ello y eso signifca tener que currarte a tope y pasar por todos los estados de ánimo que hay en nuestra corta existencia.
Pero yo no vengo aquí a pregonar de nada, digamos más que opino y doy mis argumentos y el que esté conmigo que levante la mano y el que no que que la mantenga en el bolsillo. No hay verdades de fe, ni hay verdades absolutas, ni tan siquiera hay argumentos apabullantes que destrocen los argumentos del que piensa distinto. Aunque la cosa tampoco es tan sencilla y porque todo tiene sus límites y medidas y quién sobrepasa esos topes es que tiene una mente podrida y autoritaria con la que le encanta oprimir a los demás seres humanos que le rodean y porque en el fondo ellos se consideran el ombligo del mundo y los demás nos consideran basura que además no se puede reciclar.

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