Y entre tus costumbres y las mías
están las que a su vez, vamos cogiendo...
el levantarse deprisa y corriendo
la siesta de uno y la no siesta del otro
la puesta de sol
el mar, el agua,
la arena mojada,
la luna y su luz celestial,
la tarde y su lenta y tibia caricia,
el esplendor de la noche
el buenos días de todos los días
la comida, la cena
el desayuno de oro y diamantes
la estrella fugaz de nuestras vidas
el entorno que nos envuelve delicadamente
la ducha de la mañana,
el agua fresca pero no fría
el placer de los abrazos
la luna reflejada en tus ojos
y en los míos,
toda la belleza que nos regala la vida.

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